Tradición que se remonta al siglo XVIII tras la predicación en Lorca de Fray Diego José de Cádiz, devoto de la Santísima Trinidad y posible origen de la tradición de montar una pintura con esta representación en el balcón principal del Ayuntamiento. En 1900 Francisco Cayuela realiza el cuadro que hoy, rescatado del olvido por la Asociación Belenista de Lorca, podemos ver en la Colegiata de San Patricio. Posteriormente se realizó una escenografía más compleja y en 1947 fue Manuel Muñoz Barberán el encargado de pintar la que fue última representación de esta fiesta que empezaba con el descubrimiento de la singular alegoría en la víspera del Corpus, ante el fervor popular y que desapareció en la última década de los años sesenta del pasado siglo.